Descripción
Según la leyenda, cuando la creación del mundo había concluido, los dioses y los humanos vivían en paz y armonía, a excepción del dios Quetzalcóatl que veía con enojo como los humanos eran sometidos y manipulados por los demás dioses.
Rechazó cualquier clase de lujo que como dios podía tener, y decidió vivir como cualquier otro hombre y aprender con la pureza del alma.
El dios en forma de humano enseño a los demás a cultivar las semillas del maíz, a trabajar el jade, oro y la obsidiana, a teñir el algodón, el arte de la astronomía, enriqueció su escritura, inventor del calendario, fomentó el culto a los dioses y prohibió los sacrificios humanos. Creó una orden de doncellas que se dedicarían al mantenimiento de los templos, y así en poco tiempo, la ciudad se convirtió en una ciudad grande, bella y sagrada.
Su importancia hizo que las diferentes culturas prehispánicas le rindieran culto, ya fuere como Quetzalcóatl o como Kukulkán.
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